hace ya casi seis años...

Esto es algo de lo que hablo más bien poco, pero como vengo saliendo de un in memoriam, leí sobre la muerte del Papá de Beck...en fin, recorde cosas y bueno, ya saben.

Hace casi seis años, yo era la típica lolita disco (si, de la misma calaña que ahora detesto tanto)...me pintaba los ojos de celeste, usaba tacos, me reía de cualquier tontera que me dijeran y estaba más preocupada de la teleserie que de las verdaderas noticias.

En fin, obvio que tenía novios, pero nada realmente importante. Uno de esos novios fué Oscar, un colorín de 17 que medía como un metro ochenta y que me hacía reír como nadie.

Por supuesto que el romance no duró mucho. Era yo. Pero desde ese momento, él se convirtió en mi ángel de la guarda si es posible llamarlo así. Ese fue un año (2000) especialmente complicado para mí. Ahora, lejos, veo que ese año cambió toda mi vida. Y Oscar siempre estuvo ahí para apoyarme. Fue mi psicólogo, mi amigo, mi consejero, mi escape, mi refugio. Lo que yo necesitaba, a la hora que se me ocurriera, ahí estaba él.

Cuando miro para atrás, me doy cuenta que quizás si estaba enamorada de él, pero de algún modo, siempre fue mejor para mí que hubiesemos quedado de amigos. Un día de septiembre, me regalo una carta donde me explicaba que me amaba, pero ese mismo amor le decía que me dejara libre. Desde ese momento, fuímos aún más amigos. Hablamos mucho sobre el futuro en esos días, me acuerdo demasiado bien. Queriamos hacer cosas parecida, básicamente, ser distintos a la masa.

El hombre propone y Dios dispone

Eso es algo que siempre ha dicho mi mamá. Pero sólo lo entendí hasta el 20 de Octubre. El día anterior, habíamos conversado mucho...de todo. El 20 fui a una clase aburrida, volvi a mi casa, hable por telefono con un pretendiente...y me llamó Daniel (un amigo de todos) diciendome que en el paseo de curso del Oscar, alguien había tenido un accidente.

Obvio que a él no le había pasado nada...fuí a comprar el pan y cuando volvi, mi hermano en la ventana me dio una mala espina. Daniel había vuelto a llamar, pero se había cortado.

Como no tenía su número, llamé al Oscar, para que él mismo me dijera que no había pasado nada. Nunca había hablado con su hermano...sólo por esa vez, su voz y la de él sonaron iguales (jamás volvio a pasar)...Victor me dijo, tranquilo "No, el Oscar no está, el tuvo un accidente y...se murió".

No se me ocurrió nada que decir...incluso hoy, lo veo y miro para otro lado, porque seis años despues, todavía no sé que decir.

Lo echo de menos. Menos que antes, pero a veces, pasan cosas (buenas sobre todo) y pienso..."Le habría encantado estar aquí y ver esto..."

Al final, cumplimos nuestros proyectos, nos volvimos distintos al resto del mundo. Gran parte de lo que tengo ahora de bueno se lo debo a TODO lo que aprendí de él. Y él, él se hizo distinto al resto al decidirse a despegarse del mundo.

Oscar, sol, yo sé que cuando todo acabe, me vendrás a buscar y cumpliremos las promesas...