Llegó el día que no creí que volvería a llegar. Pienso que si Ian Mckellen estuviera junto a mi diría: "Así termina esta pareja, la que demostró tantas cosas".
Echo de menos al Fran. Si estuviera cerca, me sacaría de mi casa, me llevaría a la suya y me pondría a jugar algún juego vampírico e incomprensible en su PC ultrarápido. Luego llegaría con una taza de leche caliente y un pan con mantequilla (su remedio infalible para todas las penas). Después, nos traicionaríamos a nosotros mismos tirandonos de guata a ver E! Entertaiment: Algún documental ultra informativo sobre la vida de Jessica Simpson o cualquiera que tiene una vida más miserable, a pesar de tener todo para ser feliz.
Recuerdo fuertemente la historia que Daniela García cuenta en su libro: Esa sobre el rey que estaba a punto de perder su reino y lee el mensaje que dice "Ya pasará". Me aferro a esa historia y a esa esperanza.
Lo bueno es que el amor que es bueno, simpre da frutos. Y no estoy sola. Ni siquiera me habría imaginado hace un año que podía confiar mi corazón a mi mamá nuevamente. Pero así pasó y no puedo quejarme de ningún comentario fuera de ñugar de parte de ella. También está esa gente maravillosa que hoy me vió con los ojos rojos y que sin preguntar nada, sólo me abrazó. ¿Quién dijo que yo no merecía amor de nadie?.
Perdí. Bueno, hice una apuesta por mi risa y un fututo con olor a leche y mermelada. No resultó, pero no me siento perdedora. Me convencí de que puedo ser mejor en la medida en que me atrevo a luchar.
Te amo. Viviré ese amor hasta que por sí mismo se vaya. Porque aunque ya no estés, este amor todavía tiene mucho que darme.
1 comment:
Siempre que llovió, paró.
No lo dije yo, pero puchas que sirve.
Un beso enorme y aguante
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