Aunque ahora me disfrace emocionalmente y hasta parezca que tengo personalidad, en el fondo, siempre he sido BIEN regalona y BIEN perna...por eso, jamás había aprendido a amarrarme sola los zapatos, total, para eso tenía papá y mamá que me los amarraban bien apretados...
Resulta que un día, alguien me piso los cordones y se desataron...lo cual fué muy complicado (porque igual sabía que era vergonzoso decirle a la profesora que me sacara del trance)...
Entonces, apareció la Mariana. Era como Heidi: Bajita, menudita, de pelo corto y mejillas rosadas...sólo le faltaba niebla y el abuelo. En cuanto a personalidad, era como yo quería ser, pero no podía, energica, gritona, mandona, odiosa (tal como ahora si soy).
-¿Cómo no vas a saber abrocharte los zapatos?
...Y en diez minutos, todas las canciones de mazapan que mis papás me habían hecho escuchar para que aprendiera a amrrarme los zapatos (y que hasta el día de hoy considero que más lo que confunden que lo que enseñan)...pasaron a la historia. Al recordar ese momento ahora, yo creo que me sentí como Freddy Turbina cuando le sacó las ruedas a la bicicleta. Y aunque ese mismo año, tuve mi primer pololo, aprendí a leer, a escribir, etc. , me corte el pelo por primera vez y mi hermano empezó a caminar; lo más importante enseñanza me la dejo la Mariana Andrade, que me dio el primer empujón a la independencia...
Experience the warmth before you grow old...
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