Las nuevas responsabilidades

Durante la semana santa de este año, hubo un "pequeño" problema con los chicos y chicas de la Pastoral Juvenil donde llevo una cantidad (también indefinida) de tiempo partcipando. El ciento es que el boche que se armo en esa oportunidad, dejo una cola hasta estos días. Así fue como el 15 de agosto fui elegida (en mi opinión y aunque me dé lata), no muy democráticamente (además me autopostulé), coordinadora - mandamasa - ayudanta del coordinador vitalicio. Y obvio, típico que TODOS los que no le tenían tanto cariño a F. (el main coordinador), ahora llegan a decirme sus problemas, buscando absoluta empatía y quizas un poco de pelambre. El día que me "eligieron", el seminarista-asesor, con cara de risa me dice "¡Felicitaciones!...¿o no?". Yo he coordinado antes, en otras pastorales donde participe. Sé a lo que voy. Por eso, reconocí inmediatamente la ironía (el seminarista es como yo un poco en ese sentido). Y obvio, típico que me acuerdo de esa frase cuando llegan los animadores a decirme "Estoy cansado", "No tego ganas de ir a la caminata" o "No entiendo lo que le pasa a mi comunidad". De verdad, siempre trato de buscar el arreglo. Pero no soporto la irresponsabilidad en algo que es absolutamente voluntario. Así que tratando de no sonar odiosa, no siempre puedes darle en el gusto a todos. Ojalá ahora no me convierta en la más odiada del sistema planetario...sólo quiero que esos 40 seres adolescentes no se mueran creyendo que Dios nunca los quiso. (Yo sé que no toda la gente cree en Dios. Pero todos tenemos fe en diferentes cosas...de eso se trata y desde ese prisma me entenderán...para mi fe es creer en algo con tanta fuerza que se hace real aunque sea falso para los demás. Hay quienes tienen fe en la selcción chilena, a pesar de todo. Yo tengo fe en Dios, al punto que para mí Él es real y verdadero, aunque no lo sea para nadie más).