Tenía casi 9 cuando nos vinimos a la casaalta en un Puente Alto más rural y menos flaite de lo que sale hoy en las noticias de las 9. Conocí a las ranas y a los sapos (aunque todavía no los sé diferenciar), a las arañas pollito, a las abejas, los saltamontes, las mulas y a las lagartijas. No esas mugres cafés que andan en el Santa Lucía, sino verdaderas lagartijas, verdes y que son del porte de la mano de un adulto. Mi hermano se mejoró completamente del asma que lo obligó a vivir nebulizado en la casabaja. Yo le perdí el miedo a la mayoría de los insectos y antes del primer verano, ya cazaba saltamontes que guardaba en una cajita.
Fuí a muchos colegios. De algunos me sacaron, de uno me hicieron sacar y de otro me hice sacar. Nunca me lleve del todo bien con las niñas en masa y aunque de chica me gustaban los vestidos con vuelos y las barbies, nada me entretenía más que jugar al tombo con los niños porque ellos no se preocupaban de si se ensuciaban (afortunadamente, mi mamá era de la idea de que las cosas son para romperse; la ropa, para ensuciarla y las pelotas de plástico, para jugar en la calle). Fuí a coegios católicos que me convirtieron en atea y termine en un Liceo municipalizado que me devolvió la fé en Dios y me enseño que desde cualquier trinchera se puede cambiar el mundo, mientras no dejes que te coma la máquina de seguir a las masas. Conocía a mi primer pololo (que por supuesto, no fué mi primer amor) y armé el primer batallón de amigos entrañables, con quienes peleamos varias batallas. Algunos sobrevivieron, otros fueron quedando en el limbo de los "que ves de vez en cuando en el metro". Por esos años también se separaron los osos de felpa que me trajeron al mundo y eso los cambió a ellos y a mí para siempre.
Salí del colegio con la mala suerte de un buen puntaje y sin tener claro qué hacer con mi vida. Paseando por las semanas universitarias, descubrí el pedagógico y como la mitad de los entrañables luchaba por entrar a música, y como yo no quería nada que tuviese que ver con una oficina o con hacer números, decidí (a medias) que eso era (más o menos) lo que quería. Qué más se podía esperar. Tenía 17 años y dormía con un oso de peluche por la noche ¿Cómo se suponía que iba a saber qué hacer con mi vida?
Hice el intento de estudiar Historia y Geografía por dos años y medio. Durante esos años, el mítico paro del 2000, que duró 6 meses; encontré al Oscar y Dios se lo llevó, perdí entrañables y perdí miles de mis prejuicios. Maduré (un poco). Me echaron de la carrera por no saber los nombres de los generales Alejandrínos que se repartieron el territorio a su nombre y por no ser capaz de contestar satisfactoriamente una pregunta simple sobre el reino Seléucida. Fué un alivio y aunque mis padres moriran sintiendo que fué un fracaso, yo jamás lo vere de ese modo.
Di la última PAA de la historia y me instalé en la misma universidad a estudiar Inglés. Me ha costado un poco...este ha sido como un largo romance: Con enredos, odios, amor correspondido y no correspondido por distintas materias de estudio. Pero avanzo. No a la velocidad que deseara, pero avanzo. Me gusta estudiar esto y lo terminare aunque sea como parte del proyecto bicentenario. Se unieron más entrañables a la causa de mi vida y tuve un par de romances que, vistos desde lejos ahora, no son más que enseñanzas.
Este año conocí a los incubianos, y con ellos, a mis hermanos perdidos. Incubus amenazó con venir a Chile y en medio de la amenaza, conocía al hombre que me roba los pensamientos y arma sus castillos de naipes conmigo. Enamorada completamente y con la sonrisa pegada a los dientes sin importar lo que pase, avanzo tranquila y confiada en Dios hasta el día de hoy...
Experience the warmth before you grow old...
2 comments:
mmmmmm????
ke onda????
porke se borro lo que te había posteado??
snif :(
ti amu
No me gustó como sonó eso de castillos de naipes...
De verdad cazabs saltamontes????
y los guardabas????????
jaajajajajaj excelente
ahora solo falta que me digas que tb juagabas a la pelota y que hacías goles para tu ekipo y de verdad que no sabría que más pedirte para que enamorarme cada día más de ti
jajjajaja
Me retracto de lo del castillo de naipes, no siento que estamos construyendo eso. Creo que estamos cosntruyendo algo fuerte, como cuando tomas mi mano, suave como tu pelo, intenso como nuestro amor, precioso como tu figura e increíble como lo que nunca he vivivo antes, ni si quiera en sueños. Aparte que es un castillo antisismico, que se puede mover mucho, pero siempre keda firme, nada lo derriba.
Te amo cosita linda
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