Es realmente deprimente que en lo que va de mi amado año del Bicentenario, apenas haya tenido tiempo y neuronas para escribir dos veces.
Dios no permita que otra vez deje botado algo que me hace sentir bien por dedicarle tiempo a cosas que no valen la pena. Que al final del día (o el semestre) no sirvieron para nada.
Porque estas ideas estan acá, en mi cabecita castaño-rojiza-por-culpa-de-varias-coloraciones-diferentes. No las he perdido, son las que me mantienen la cordura, son las que evitan que me derrumbe cada noche y me sujetan y levantan cada vez que deseo abandonar todo y rendirme.
Ok, no soy lo que la mayoría piensa...soy menos y soy más. Mucho más, aunque no del modo esperado. No quiero lo mismo que el resto, pero lo quiero todo. Y no hay nada malo con eso. Puedo quererlo todo y tomarlo si me lo permiten. No es, no soy lo que esperaban los demás, pero soy yo. Y no dejare que me hagan olvidarlo otra vez.
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