La mente abierta, los ojos cerrados. Un paso, otro paso más y el vacío. Y todo saldrá bien, como un "The End" mientras la camara comienza un plano general y sube a iluminar la pantalla con un cielo azul profundo.
Una visión tan romantica, tan esperanzadoramente inexacta. Como si fuese imposible caer en ese vacío. Cuando la mayoría de las veces sucede exactamente lo contrario. ¿Y qué si caemos? no pasa nada, te levantas, te sacudes el polvo de la ropa y te sientas un rato antes de volver a saltar. Pero por alguna razón incomprensible, uno asume los extremos: En lugar de sentarte un momento, subes rapidamente a lanzarte otra vez o; te quedas ahi tirado en el piso, sin levantarte, llorando, mirando el suelo y pensando que eres el unico que conoció el suelo, porque no fue capaz de mirar alrededor.
Me cuesta tomarme la vida con amor. Con amor por mi y cuidarme. Saltar de todos modos (¿Cómo podría un ser como yo no saltar al final?) pero mirar por si acaso donde caeré en caso de. Y disfrutar el salto mientras dure. Si sale todo bien al final, perfecto y mi "The End" estará en plano general. Si me azoto contra el suelo, me sacudo y me siento a descansar, antes del siguiente salto.
Soy igual de feliz que siempre. La eterna consecuencia de ser tercamente optimista. No pido nada más...pero lo quiero todo, como siempre.
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